La Actitud es la predisposición aprendida a comportarse de manera consistente favorable o desfavorable respecto de un objeto determinado.

 

Las actitudes se aprenden a partir de la experiencia directa con el producto, de las recomendaciones personales, de la exposición a los medios de comunicación masiva y de otras fuentes de información que entrar en contacto con el consumidor.

 

Los consumidores forman nuevas actitudes y también modifican las ya existentes. Con mucha frecuencia, desarollan actitudes positivas hacia los artículos nuevos que llevan una marca que conocen, que han comprado repetidamente y con la que estan satisfechos. También pueden desarollar actitudes negativas hacia los productos que no los dejan satisfechos.

 

La experiencia personal, la familia y los amigos, los medios de comunicación, el internet y las redes sociales tienen una influencia revelante en las actitudes. 

 

La formación de actitudes se ve influida significativamente por los rasgos de la personalidad. Los individuos que tienen una elevada necesidad de cognición son proclives a formar actitudes positivas hacia publicidad con mucha información.

 

Las actitudes ocurren en situaciones específicas y se ven afectadas por ellas. Las situaciones pueden originar que los consumidores se comporten de forma inconguente con sus actitudes. Por ejemplo a Juan le encantan los hoteles de lujo, sin embargo, no tiene el dinero suficiente para hospedarse en ellos.

 

Otro ejemplo para entender mejor las actitudes, es cuando Apple lanza un nuevo producto al mercado. El papel de Apple es convencer al mercado de que ese producto nuevo está mejorado tanto en los aspectos técnicos como físicos del del producto para generar una actitud positiva en sus clientes.